SINOPSIS:
Aballay era un gaucho mal llevado. Pero luego de robar y matar a un hombre, la mirada aterrorizada del hijo de su víctima le da conciencia de su salvajismo. Confundido, Aballay oye hablar de los estilitas; quienes para alejarse de la tierra donde pecaron hacían una penitencia: Subirse a una columna y no volver a bajarse por el resto de su vida. En el campo argentino de 1850 no había columnas; Aballay decide no Volver a bajar de su caballo nunca más. Pasan los años. Aballay cumple su promesa. La gente empieza a hablar de El hombre de a Caballo y su imagen empieza a tomar ribetes legendarios. Se convierte en una especie de santo. Pero la mirada de ese niño no lo abandona y él sabe que en todo momento lo va a buscar. Y lo va a encontrar.