SINOPSIS:
¡Alabado sea el señor! Un predicador chanta personificado por Steve Martin (en una de sus mejores actuaciones), llega a un poblado rural, allí canta, salta, gesticula, y como todo falso sanador de fé: provoca reacciones. La película debería ser de visión obligatoria y pasarse en cada templo evangélico para que los fieles supiesen cuanto mercenario anda suelto, y cuanta mentira se produce en nombre del señor!!